Muy buenas, soy Jaime Serrada y estoy muy ilusionado de que estés aquí conmigo y de que me dejes acompañarte en este curso apasionante. Lo hemos preparado con muchísimo cariño desde el equipo de Gift & Task.¿Qué vas a conseguir con este curso sobre el tiempo?Ser más consciente de tu realidad temporal y comprender mejor qué sentido tiene el tiempo en nuestra vida.Aprender consejos prácticos para mejorar las relaciones en la familia.Tener más criterio para tomar las decisiones que necesites para mejorar tu salud afectiva.Hemos puesto muchas ganas y empeño en diseñar una formación sencilla, dinámica y a la vez profunda, para desterrar poco a poco el "no me da la vida" y comenzar a entrenar el arte de saborear los tiempos que Dios nos regala, sean como sean.El Papa Francisco termina su exhortación apostólica Amoris Laetitia diciendo: "Todos estamos llamados a mantener viva la tensión hacia un más allá de nosotros mismos y de nuestros límites, y cada familia debe vivir en ese estímulo constante. Caminemos familias, sigamos caminando. Lo que se nos promete es siempre más. No desesperemos por nuestros límites, pero tampoco renunciemos a buscar la plenitud de amor y de comunión que se nos ha prometido".Confiamos en que este curso te ayude de verdad a ser consciente de los propios límites, a seguir caminando hacia la promesa de vivir la vida a lo grande y a enfocar el día a día como un regalo.Y recuerda: cualquier duda, mejora, sugerencia o comentario... ¡escríbenos! Estaremos encantados de atenderte y de hacer tu experiencia de aprendizaje realmente enriquecedora. 

Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio mal. [Mt 6, 34]Esta lección se titula "El tiempo del reloj no es mi tiempo interno", porque para empezar este viaje por el tiempo, necesitamos primero ser conscientes de que no vivimos todos los tiempos del mismo modo. El tiempo tiene una dimensión objetiva y otra subjetiva. La objetiva es la duración que tiene y que fácilmente podemos medir con horas o minutos, sin embargo, la subjetiva es cómo percibo yo ese paso del tiempo. Por ejemplo, puedo haber estado tres horas de reloj viendo una película... ¡y que se me hayan pasado volando! Y, sin embargo, a veces tengo reuniones de una hora que, en realidad, me parecen eternas. El tiempo es una realidad muy humana que afecta a toda nuestra vida, todo el rato, constantemente; así que no podemos escurrirnos de él ni tampoco lo podemos controlar a voluntad. Pero sí lo podemos disfrutar, degustar y aprender a integrar, reconociendo muy bien cómo vivimos nuestro tiempo subjetivo, sea cual sea el objetivo.Nuestro tiempo es nuestra vida. Por eso el reto de esta lección es aprender a ser más conscientes del tiempo que tenemos y cómo lo vivimos. Aumentar nuestra conciencia y potenciar nuestra sensibilidad hacia nuestro propio tiempo: en qué lo empleamos, a qué nos dedicamos en el tiempo que tenemos, dónde se nos va el tiempo del día a día, qué cosas nos parecen que no acaban nunca y cuáles creemos que se pasan a toda prisa...¡Fuerza y honor!

Esta lección es, en realidad, el taller práctico que tiene este curso sobre el tiempo. Tiene como objetivo tomar conciencia de cómo nuestro tiempo subjetivo (cómo vivimos el paso del tiempo) no es igual que el tiempo objetivo (cuánto tiempo ha pasado en realidad). En primer lugar, quiero advertirte de que tomar conciencia no es tomar decisiones. Cuando nos damos cuenta de algo que nos impacta, nos entra el ansia por cambiar radicalmente y de inmediato. Pero ahora solo vamos a tomar conciencia, no a tomar decisiones.  El taller consiste en apuntar en un papel tu estimación sobre el tiempo de uso del teléfono móvil  (dimensión subjetiva) para comprobar después cuánto lo has usado en realidad (dimensión objetiva medida con la app de tiempo de uso iOS o de bienestar digital Android). Esta estimación la vamos a hacer basándonos en 5 parámetros:Promedio diario.Aumento o disminución de uso respecto a la semana pasada.Mayor uso entre semana o en fin de semana.Apps más usadas.Número de veces que consultas tu dispositivo móvil.Si has llegado hasta aquí, ¡enhorabuena! Eres más competente en tu autoconciencia del uso del tiempo digital. Has subido de nivel. Ahora se te abre la posibilidad de tomar aquellas decisiones que consideres oportunas para disfrutar más de tu vida real y de la presencia de los que te rodean.¡Fuerza y honor!

Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo. Su tiempo el nacer, y su tiempo el morir; su tiempo el plantar, y su tiempo el arrancar lo plantado. Su tiempo el matar, y su tiempo el sanar; su tiempo el destruir, y su tiempo el edificar. Su tiempo el llorar, y su tiempo el reír; su tiempo el lamentarse, y su tiempo el danzar. Su tiempo el lanzar piedras, y su tiempo el recogerlas; su tiempo el abrazarse, y su tiempo el separarse. Su tiempo el buscar, y su tiempo el perder; su tiempo el guardar, y su tiempo el tirar. Su tiempo el rasgar, y su tiempo el coser; su tiempo el callar, y su tiempo el hablar. Su tiempo el amar, y su tiempo el odiar; su tiempo la guerra, y su tiempo la paz.[Ecl 3,1-8 ]Una de las grandes preguntas en relación al tiempo es: ¿Esto que me pasa ahora es puntual y pasajero, o es algo que marcará una época en mi vida? Para ayudarnos a saborear los acontecimientos que vivimos en nuestra vida cotidiana, es muy bueno aprender a clasificar lo que ocurre dentro de un arco temporal concreto.En esta lección te proponemos una manera muy sencilla para clasificar el tiempo, que puede ayudarnos a reinterpretar lo que nos ocurre y asumirlo con calma:ETAPAS: son las fases de nuestra vida según la madurez psicoafectiva. En función de la etapa que estés viviendo, tus objetivos, tus emociones, tus reacciones y responsabilidades son diferentes.ÉPOCAS: son períodos de tiempo más cortos que las etapas de la vida y están marcadas por un acontecimiento de gran impacto para mí, para mi matrimonio o para mi familia. Puede ser por algo que ocurre en el ámbito profesional, social o familiar.MOMENTOS: son arcos de tiempo breves, originados por una experiencia puntual que tiene una fuerte carga emocional.El reto de esta lección es, por tanto, tomar perspectiva de los arcos del tiempo. Aprender a discernir a qué arco de tiempo corresponde cada cosa que me ocurre y así poder relativizar, recolocar y reinterpretar.¡Fuerza y honor!

La falacia de la planificación consiste en que somos demasiado optimistas a la hora de estimar cuánto tiempo vamos a necesitar para terminar de hacer algo. Planificamos desde el deseo de lo que ojalá pasara, no desde la realidad de mis capacidades, de mis tiempos o recursos. Porque, en el fondo, creemos que sí deberíamos llegar a todo.“No puedo = Me siento culpable”. Muchas veces en el día a día aparecen las presiones familiares, personales o matrimoniales. Estamos hasta arriba, tenemos demasiadas cosas que hacer, que pensar, que decidir, que gestionar (cumpleaños, compromisos, entregas, eventos, plazos…) y de forma inconsciente nos sentimos culpables si decimos "no puedo con esto". Es más, de algún modo nos decimos a nosotros mismos que en realidad sí podemos con ello pero no lo hacemos por pereza o porque no nos organizamos bien. Todo mentira.Necesitamos aprender a decir que no: que no puedo, que no llego a esto o a aquello. Di con toda paz: “no puedo y me quedo tan ancho”. Fuera culpas raras o autoreproches. #SiNoLlegamosATodoNoPasaNadaY otra cosa que también nos vendría de lujo es aprender a pedir ayuda. A los niños es buenísimo decirles: “¿Qué se hace cuando tú no puedes…? Pedir ayuda”. Pues apliquémonoslo también a nosotros.El reto de esta lección comienza por responder a la siguiente pregunta: ¿Cuándo va a ser la próxima vez que puedas decir "no llego a esto" con toda paz?¡Fuerza y honor!

El hombre no puede encontrar su propia plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás. [GS 24]La vida cristiana está llena de paradojas. Una de las más impactantes trata sobre la cuestión de la felicidad. ¿Cómo seré feliz? ¿puede el ser humano alcanzar la felicidad plena en esta vida? La respuesta es rotundamente sí. Pero es una respuesta paradógica. Una paradoja es aquello que pareciendo que se dice lo contrario de lo que se afirma, sin embargo es la solución de lo que se afirma. ¿Quieres encontrar tu plenitud? Entrega tu vida a los demás de forma sincera y cotidiana. Para recibir hay que dar. ¿Qué tiene que ver esto con el tema del tiempo? En realidad, todo. Porque nuestra vida es nuestro tiempo y al revés. Jamás encontraré la felicidad en mi vida si no entrego mi tiempo a los que me rodean, a los que quiero. Siempre existe la gran tentación de retener tiempo para mí mismo, como si pudiera atesorar horas para ganar cosas en mi vida: prestigio, bienestar, conocimientos, dinero... pero en el fondo es justo al contrario. Aquella persona que entrega su tiempo a los demás, que en el fondo es entregarse a sí mismo, encuentra un gozo tremendo y recibe toneladas de bendiciones, de cariño y de paz.El reto de esta lección es comprender de verdad que a las personas que queremos tenemos que cuidarlas, nos jugamos la vida en ello. Y el mejor regalo es, siempre, nuestro propio tiempo; aquí estoy, contigo, para ti.¡Fuerza y honor!

¿Tenemos un puesto para Dios cuando él trata de entrar en nosotros? ¿Tenemos tiempo y espacio para él? ¿No es precisamente a Dios mismo al que rechazamos? Y así se comienza porque no tenemos tiempo para Dios. Cuanto más rápidamente nos movemos, cuanto más eficaces son los medios que nos permiten ahorrar tiempo, menos tiempo nos queda disponible. ¿Y Dios? Lo que se refiere a él, nunca parece urgente. Nuestro tiempo ya está completamente ocupado. (Benedicto XVI, homilía nochebuena, 2012).Llegamos en este módulo de triangular el tiempo al tercer vértice: ¿Qué pasa con el tiempo para Dios, con ese tiempo que le dedicamos y empleamos en estar con Él? Hacer oración no es una opción para el cristiano. Es el medio fundamental para crecer en santidad. Un gran maestro en temas de espiritualidad como es Jacques Philippe profundiza en ello de forma práctica y maravillosa en su libro Tiempo para Dios.En esta lección se ofrecen algunas claves para perseverar en la oración, para comprender que el tiempo con Dios y para Dios estructuran y ordenan nuestra vida, nuestra alma y nuestras relaciones. El reto ahora consiste en ser dóciles y humildes para pedir la gracia del tiempo de oración y de crecer en la intimidad con Dios. ¡Fuerza y honor! 

Cuando se habla sobre la educación de los hijos, se suele contraponer el llamado "tiempo de calidad" con el "tiempo en cantidad". De modo que a los padres se nos dice con frecuencia que lo que debemos hacer es pasar tiempo de calidad con los hijos, como si fuera preferible pasar poco tiempo, pero muy intenso con ellos, que mucho tiempo a secas.Hay que tener cuidado sobre este concepto por dos motivos: Porque podemos usarlo como una excusa. Yo administro mis minutos de calidad con mis hijos y tengo la conciencia tranquila. Como si fuera una manera de “cubrir el expediente”, una gestión más dentro de todas las cosas que debo gestionar.Porque nos puede generar una sensación de culpabilidad, ya que por más que lo intente, considero que el tiempo que paso con mis hijos podría ser de mucha mejor calidad, como si nunca llegara al listón que creo que sería el adecuado.Nos ayuda mucho más centrar nuestra atención en nosotros mismos, en nuestra actitud con ellos cuando estamos juntos, que en centrarnos en si el tiempo que hemos pasado con ellos ha sido o no de calidad. La actitud de oro aquí es la disponibilidad. Estar disponibles para ellos es clave para poder fortalecer el vínculo. Al ser una actitud interna se puede trabajar y entrenar día a día. Habrá días mejores que otros, como en todo. Pero los frutos en la relación con ellos se notan enseguida. El reto de esta lección es tomar conciencia y reflexionar en qué momentos me cuesta más estar disponible y en cuáles me sale solo. Antes de iniciar cambios de mejora, es necesario aumentar nuestra conciencia sobre nosotros mismos. ¡Fuerza y honor!

En el ámbito de la productividad personal hay un concepto muy conocido; el de los “ladrones de tiempo”. Son todas esas interrupciones, distracciones e intrusiones que te roban la concentración y apartan tu atención de aquello en lo que estás focalizado. Ante esos ladrones lo que hay que hacer es protegerse para que no nos quiten el tiempo que estamos dedicando a lo que nos interesa e importa.En la vida familiar muchas veces vemos a los hijos como si fueran ladrones de mi tiempo: de ese rato que necesito para descansar, de esos momentos que me reservo para mi ocio favorito, o de ese espacio de tiempo tranquilo al final del día cuando creo que la vida gira entorno a mí. Los griegos diferenciaban entre el Kairós y el Cronos. Dos concepciones muy diferentes de vivir el tiempo que tienen unas consecuencias tremendas en nuestro día a día. El Kairós es tiempo favorable, tiempo de gracia, es el tiempo de Dios, es ese momento donde se nos va a regalar algo precioso si lo vemos venir y nos lanzamos a por ello. El Cronos es el tiempo según la medida humana, es el paso inexorable de los días y las noches sin opción a parar un rato, que nos deja una sensación de agobio y desasosiego horrible. ¿Qué sentido tiene el tiempo en la vida familiar? ¿Los hijos son ladrones de tiempo que nos arrebatan el momento de descanso, de ocio o de disfrute con el cónyuge? ¿Cómo se disfruta verdaderamente del tiempo que tenemos en relación con los demás? No son preguntas con fácil respuesta, pero en esta lección profundizamos en una clave de interpretación que nos puede ayudar a dar luz sobre este tema con el que nos chocamos todos los días. El reto de esta lección es reflexionar, a modo de examen de conciencia, sobre aquello que considero un ladrón de tiempo en mi día a día.¡Fuerza y honor!

Los niños pequeños tienen sus propios ritmos, su propio reloj interno, sus modos de hacer las cosas: recogen a su ritmo, caminan a su ritmo, comen a su ritmo. Y es así, nos guste o no, lo llevemos bien o mal. No tienen tanta conciencia ni autoconciencia de la realidad temporal. A veces, ayer, hoy o mañana son casi una misma cosa. Y ahora o después son cosas raras que no logran entender. En esta lección vamos a repasar 5 tiempos que viven los hijos en la vida familiar que nos afectan mucho como padres porque chocan con nuestros ritmos de adultos. Esperamos que con ello podamos comprenderlos y quererlos un poco más:Tiempo del click (lo quieren todo YA): educar en la paciencia.Tiempo de aburrimiento: posibilidad de crear y descubrir.Tiempo de frustración: aprender a ser constantes en el esfuerzo.Tiempo de juego: ayudarles a disfrutar desde su mundo.Tiempo de celebrar: rebajar tensiones y pasar un buen rato.El reto de esta lección es recuperar esa mirada de asombro por la forma tan distinta que tienen nuestros hijos pequeños de vivir el tiempo. De esta nueva mirada nacerá un mayor conocimiento sobre ellos, sobre lo diferente que es cada uno y también entre ellos. ¡Fuerza y honor!

Mas una cosa no podéis ignorar, queridos: que ante el Señor un día es como mil años y, mil años, como un día [2P 3, 8].¡Cuántas veces en la vida familiar hemos experimentado esto como padres! Y es que para los hijos decir "¡un momento!" es como esperar mil años... Durante la adolescencia, aquellas respuestas que nos dan y que parece indicar un rato corto (por ejemplo: "me quedo un poco más" "llegaré más tarde" o "sí, ahora voy") en realidad se dilatan como si fueran horas. Vivir con alguien que está pasando su etapa de adolescente no es sencillo, en muchos aspectos. Aquí vamos poner el foco en algunos temas que tienen que ver con el tiempo, para poder comprender mejor sus ritmos, su forma de concebir el tiempo y cómo podemos quererles más y ayudarles a crecer:Tiempos de madurez, de darse cuenta.Tiempo de conversación.Tiempo de silencios.Tiempo de transición.Tiempo de crecimiento en la fe.El reto de esta lección es hacer el esfuerzo de observar estas cosas en los propios hijos y de darnos el tiempo de conocerles más, sin juzgarles ni pretender que hagan las cosas como las haríamos nosotros con nuestros tiempos. ¡Fuerza y honor!

Después se presentaron Moisés y Aarón a Faraón y le dijeron: «Así dice Yahveh, el Dios de Israel: Deja salir a mi pueblo para que me celebre una fiesta en el desierto». [Ex 5, 1]Es increíble cómo Dios, a lo largo de toda la historia de salvación, utiliza el desierto como lugar para encontrarse con su pueblo. En la dificultad del hombre, Dios se muestra grande. ¿Qué va a hacer Dios con su pueblo en el desierto cuando salga de Egipto? Forjar la alianza. Por eso es una fiesta: hacer fiesta es encontrarse, es estar juntos. Hacer fiesta, celebrar, es muy propio del cristiano, porque la fiesta es algo grande que tiene una identidad de comunión.En esta lección se reflexiona sobre cómo celebramos en nuestra familia las fiestas, qué estilo celebrativo tenemos. Aniversarios, cumpleaños, logros... ¿festejamos o solo nos divertimos? ¿Para qué sirve la fiesta en el crecimiento de la comunión familiar? En muchas ocasiones las comidas con la familia son fuente de caos y discusión, cuando, en realidad, son una gran oportunidad de encuentro y celebración.En esta lección ofrecemos también tres recursos para poner en juego en las fiestas familiares, para unir a la familia, a los amigos y a todos los invitados:Tener una actitud alegre: que se mancha el mantel... ¡relativiza!. Lo importante es disfrutar de nosotros, no de las cosas.Hacer fotos, vídeos, porque a través de la memoria generamos identidad y tradiciones. Aunque sin pasarse ;). De este modo, podemos recordar después aquellas cosas que nos vinculan.Dar gracias a Dios por todo lo que hace: bienes, personas, relaciones, historia.El reto de esta lección es que respondas con un listado a esta pregunta: ¿Qué es aquello que te hace disfrutar más de las fiestas?¡Fuerza y honor!

Concluyéronse, pues, los cielos y la tierra y todo su aparato, y dio por concluida Dios en el séptimo día la labor que había hecho, y cesó en el día séptimo de toda la labor que hiciera. Y bendijo Dios el día séptimo y lo santificó; porque en él cesó Dios de toda la obra creadora que Dios había hecho. [Gn 2, 1-3]El domingo para los cristianos es el Día del Señor, el día del descanso por excelencia. Pero la sociedad y las culturas en las que vivimos, en muchas ocasiones, no nos ayudan a vivirlo como tal. Es nuestra responsabilidad como familias recuperar el verdadero significado del domingo en nuestra vida personal, familiar y social. ¿Cómo vivimos el tiempo del descanso? A veces parece que descansar es no hacer nada, como si descanso fuera lo contrario de actividad. El fin de semana se ha convertido en el paréntesis entre las jornadas de actividad laboral y escolar. Pero carece de sentido propio.  En esta lección ofrecemos algunas claves para recuperar la vivencia del domingo como familias cristianas. El domingo es tiempo de:Celebrar la Santa Misa.Contemplar la historia que Dios ha hecho con nosotros, bendecirle y darle gracias.Vivir el encuentro familiar.Hacer fiesta, celebrar con otros.No es sencillo, pero tenemos, seguro, la experiencia de que luchar por recuperar el Dies Domini (Carta Apostólica, de San Juan Pablo II) es fuente de múltiples gracias.El reto de esta lección es elegir una práctica familiar que teníamos un poco abandonada y recuperarla con fuerza, pidiendo la fuerza del Espíritu para volver a disfrutar del domingo cristiano en familia.¡Fuerza y honor!

Cuando estamos frente a una gran oportunidad o momento en nuestra vida tendemos a implicarnos del todo, con atención, esfuerzo y dedicación plena, porque lo que nos jugamos es mucho y muy importante para nosotros. Podemos decir entonces la frase de “como si no hubiera un mañana”. Puede ser una entrevista de trabajo importantísima, la entrega de un proyecto crucial o el momento de tener que acompañar a alguien en un duelo. Estoy a tope, a full con esto, sin pensar en el después. Eso es muy bueno.Pero… ¿y si le leyera el cuento a mi hijo como si no hubiera un mañana? ¿o si hiciera la comida para mis hijos como si no hubiera un mañana? ¿o si escuchara la historia que me tiene que contar el pequeño (o el mayor) como si no hubiera un mañana? En ocasiones nos parecería algo exagerado. Pero si los vivimos de este modo los momentos cotidianos se pueden llenar de eternidad y convertirse en momentos luminosos que unen, vinculan, arraigan y dan identidad familiar.La tentación del “tendría que estar” haciendo algo más importante en lugar de estar con atención plena en el aquí y ahora, se combate con el imán del foco. Focalizar es ganar. Con lo que sea que me toque hacer en cada momento del día a día.El reto de esta lección es escoger un rato cotidiano de relación con los hijos o con el cónyuge y tomar plena conciencia del aquí y ahora: juramentarme en que voy a poner foco pleno en la persona que me habla, en la relación con ella, en disfrutar de ese encuentro.¡Fuerza y honor!

¡Nuestro tiempo juntos ha llegado hasta aquí! Quiero agradecerte de corazón que hayas hecho este curso. Mi único deseo es haberte podido ayudar en algo, haya sido poco o mucho. Si tuviera que resumir en tres ideas fuerza lo más importante del curso serían estas:Vivir, comprender de forma práctica y tomar conciencia de que el tiempo es un regalo, no un tesoro que proteger de los demás. No somos dueños de nuestro tiempo, no podemos gestionarlo, acortarlo o alargarlo. Confiar en el Padre.Este regalo Dios nos lo da para que lo entreguemos a los demás. El sentido de mi felicidad es entregarme sinceramente a otros. Y eso pasa por entregar también mi tiempo, que es mi propia vida.Fortalecer la actitud educativa de que "educamos con la vida", ¿Con qué actitud recibo lo que viene, los tiempos que nos toca vivir? Esto lo enseñamos a los hijos.Si tienes comentarios sobre este curso, por favor, nos ayudaría muchísimo que nos las transmitieras: sugerencias de mejora, cosas que no han funcionado o que te han venido fenomenal, expectativas no cumplidas… Lo que sea, te pido que nos lo hagas saber.Sugerencias de contenidos para otros cursos. Holydemia nos brinda esta maravillosa oportunidad de difundir el bien de la formación. Si tienes alguna idea, escríbenos diciendo qué contenidos o qué formación te gustaría recibir.Y no puedo terminar de otra forma que citando al Señor en la Escritura, tal y como termina el Evangelio de Mateo, cuando Jesús resucitado les dice a sus discípulos: “Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” [Mt 28, 20].¡Muchas gracias!